Lo Ético no es Cuestión de Perspectiva.
No siempre fue una mujer citadina, a veces, en los intersticios de la rutina, evoca con nostalgia remembranzas de un pasado rural: el campo, la montaña; la vida. Una de esas imágenes comienza con Marcela, una vaca cuya inherente bondad otorga a la familia leche suficiente para alimentarse. Ha dado a luz, es una madre que procura todo lo necesario a su cría; sin embargo, por razones en apariencia incomprensibles, el pequeño ternero ha abandonado el cuerpo, Marcela se lamenta desconsolada, sus mugidos son el llanto mismo que conmoverían al mayor de los escépticos sumergido en la ignorancia del especismo.
Especismo es la discriminación moral basada en las diferencias de las especies animales que sitúa al hombre en la cima, falsa pretensión de superioridad que lamentablemente se encuentra introducida en las bases ideológicas de la sociedad actual, uno de los tantos problemas que subyacen del estilo de vida moderno eminentemente materialista. Los desmanes de la cotidianidad en las grandes urbes funcionan de tal modo que el individuo en el ejercicio de su ilusoria libertad, no tenga tiempo para hacerse preguntas fundamentales; es un estado de confort en el que, como en el mito de la caverna de Platón, solo se ven sombras de la realidad, manipuladas por intereses egoístas de unos pocos expertos en vender falsas experiencias; su mejor arma son los medios de comunicación y la publicidad; convirtiendo la vida en un árido espectáculo.
Ante tal situación no solo se evidencia una paulatina degradación de la humanidad, la maquinaria industrial y el consumismo afectan directamente otras formas de vida, condenándolas al sufrimiento de la esclavitud y la muerte para satisfacer los deseos de la población. Se le atribuye a Mahatma Gandhi la frase: “la cultura de un pueblo se mide por el modo de tratar a los animales”; ¿qué decir entonces del nivel cultural de una sociedad que promueve la ganadería, y demás actividades en las que matan a millones de seres diariamente? Hay una incapacidad ética que no es cuestión de perspectiva, se debe establecer una relación empática con todas las manifestaciones de vida que no son en mayor o menor grado diferentes a los hombres; esa es la verdadera naturaleza vedada por la ignorancia que el conocimiento y la consciencia destruye.
Es menester de todos como seres conscientes generar hábitos que no repercutan negativamente en el bienestar de los hermanos menores con los que compartimos el plano terrenal, pues el equilibrio de la madre tierra es directamente proporcional al nuestro, sinergia que lamentablemente se ha ido deteriorando pero que puede restablecerse si adoptamos una actitud carente de egoísmo y abundante en compasión.
Video recomendado:

por: NaturaGente SalvaVidas

¿Te gustó este artículo? Suscríbete y recibe más artículos como este a tu correo