Por Dorian Antuna.

¿Qué tipo de seres humanos necesita la Tierra en que vivimos, y cuál es nuestra responsabilidad para participar en ella?

Aquí es necesario detenerse un poco a pensar qué es lo que para nosotros es un hecho indiscutible, por ejemplo: el hecho de que la lluvia cae del cielo transparentemente aún de noche, el nombre de nuestra madre, o que dios existe, ¿de qué depende esta información para saber que lo que se percibe es cierto e indiscutible?, ¿acaso mis sentidos son los que reportan el mundo para mi?, ¿son mi sentidos confiables?, ¿recibí la información de otra persona? Y de ser así: ¿De dónde obtuvo esta persona esa información?, ¿cómo puedo entonces saber algo?, y ¿cómo puedo saber que sé lo que sé verdaderamente?, con todo y lo que estas preguntas nos enseñan también es cierto que existe la desinformación o la mentira, increíblemente también la mentira nos educa.

Escuchar es aprender, es educarse, Aristóteles se apasionó al decir que somos animales que piensan, y dio prioridad a la vista sobre los demás sentidos, las ideas viene del “eidos” griego que significa “lo visto”, de eidos se deriva deus-dios, dei-día; aunque al gran pensador griego no le importó que lo visto no fuese palpable por ninguno de nuestros sentidos, incluida la vista, sino que, según Aristóteles, la belleza o lo bueno y otras categorías impalpables como dios mismo, se pueden “ver” a través de los ojos del alma.

Sin embargo, haciendo justicia a otro de nuestros sentidos, el del habla, habremos de decir que este se aprende desde la escucha, a diferencia del filósofo griego, nosotros proponemos que somos animales que escuchan, el canto del viento, el color de una flor, el brillo del Sol, el murmullo del río, un rezo religioso, todo es lenguaje, la habilidad del lenguaje es esculpir el logos (alma) del que escucha, el que escucha no repite lo aprendido, sino que aprende de sí mismo, el silencio encarnado es el verdadero aprendizaje, lo cual no nos debe llevar al mutismo, muy por el contrario, el silencio arroja nuestro cerebro hacia delante, la escucha siempre deviene desde el futuro.

Aprendemos emprendiendo, este texto, una mezcla del sentido de la vista y el oído en tanto que se puede leer y escuchar si se lee en voz alta, es una posibilidad, es una invitación para asumir el campus universitario como una unidad viviente, entendido como la piel del alma: el planeta Tierra debe ser visto como una gran Universidad, los que deseamos aprender emprendiendo estamos invitados a ser coherentes y consecuentes con los principios e ideales de una mejor sociedad en armonía con el cuerpo vivo de nuestra Universidad Planetaria.

En la educación tradicional todo es piramidal, de esta manera, el alumno (del latín: a=sin, lumini=luz) carece de luz y el profesor (el profeta) ilumina a su discípulo, en este modelo educativo el saber es repetitivo, no hay luz, todo es una máquina que al final no logra aplacar la búsqueda de conocimiento de los nuevos estudiantes; Quienes por fortuna hoy en el mundo gozan de una alternativa educativa por lo regular buscan otra cosa que la mayoría de las universidades oficiales no ofrece, los jóvenes que alcanzan a ingresar a la máxima casa de estudios, llegan con una búsqueda espiritual más que por una oferta de un futuro laboral, lo cual se traduce en un conflicto entre lo que sienten y lo que ofrece el sistema educativo.

En la búsqueda de algo nuevo, un nuevo modelo de estudiante se aventuraria procurando soluciones, mientras que el sistema establecido, de exámenes y evaluaciones, busca preservar estudiantes dentro del propio sistema de repeticiones, el “emprendizaje” rompe con este círculo porque sí busca una solución, la cual es al mismo tiempo una realización personal y una solución para un problema global.

Estamos llegando al metatema: el nuevo paradigma de la no segregación, porque paradójicamente no podemos crear un sistema educativo, o de cualquier índole, separado de su propia circunstancia espacio temporal, es decir, no podemos olvidarnos o rechazar o ignorar el sistema educativo heredado del capital donde los graduados de las universidades aprenden a ser empleados y donde el maestro enseña al alumno a ser como él, decíamos, una máquina de repetir información para producir trabajadores en masa a favor de la industria; el nuevo emprendizaje no es una crítica a la institucionalidad sino que usa lo mejor de esta, en mis años como estudiante universitario conocí a muchos catedráticos, algunos verdaderas lumbreras, recuerdo a Fernando Mesa Nieto, hablaba griego, latín, francés, alemán, árabe y un par de lenguas muertas, nos enseñaba el latín inculto con dibujos del Pato Donald en su afán de regalarnos su conocimiento, un verdadero filósofo de nuestro tiempo y un poeta; aunque yo deseaba ansiosamente lo que él tenía, finalmente aprendí, gracias a él, que un verdadero maestro es el que te enseña a aprender de ti mismo.

“Uno como profesor tiene que salirse de la posición de que uno es el que sabe, la clave es que si el foco de atención es esta piedra o la madre tierra, y yo, como profesor, establezco que hay que hablar de esa piedra u objeto, mi labor es facilitar un contexto, y el estudiante, por “chispa divina”, descubre o resuelve personalmente un problema, y ese descubrimiento es el descubrimiento del éxito, la persona dice “yo lo descubrí”, el profesor no importa y el estudiante se empodera”, comenta Odín Ruz, diseñador de Permacultura para Organi-k y profesor de la Licenciatura en Permacultura de la Universidad de Fray Luca Paccioli en Cuernavaca México.

El internet ha facilitado la interacción de tal manera que hoy todos aprendemos de todos en una suerte de danza entre información y desinformación que nos lleva a indagar en nuestro interior en busca de esa chispa de verdad que nos permita descubrir al mundo, lo que nos lleva a nuestra primera pregunta: ¿Qué tipo de seres humanos necesita la Tierra en que vivimos, y cuál es nuestra responsabilidad para participar en ella?

La urgencia por armonizar la satisfacción de nuestras necesidades humanas con las necesidades del planeta que habitamos ha hecho que el conocimiento ancestral esté hoy más vigente que nunca. En respuesta a esa necesidad espiritual ha surgido la UDSA:

La Universidad de Sabiduría Ancestral es una nueva sede del conocimiento trascendental, destinada a ayudar a definir la tarea de cada ser humano en la tierra. Aprender cómo trabajar, cooperar e iluminarnos el uno al otro. Fortalecer nuestra lucha para salvaguardar nuestra sagrada Madre Cósmica y desarrollar la habilidad de hacerle frente, con una actitud positiva y responsabilidad, a las circunstancias negativas que la sociedad moderna presenta.

La base de esta rama de la educación es que todos somos hijos de la Madre Tierra, que nadie es superior al otro;  y el único que se merece la atención de todos nosotros es el mismo que generó nuestra existencia y que la sigue guardando y protegiendo a través de la fuerza universal.

La Sabiduría Ancestral  es el legado de todas las culturas nativas del mundo que se pueden encontrar de lado a lado del planeta; desde la India sagrada hacia el Sur de Chile, Mapuches, Guaraníes o nuestros hermanos de la Sierra Nevada, subiendo a México con los Yopis, Yaquis, Huicholes, y volando a Australia y África sobre la sábana y luego a través de las dunas del antiguo Egipto hasta el Medio Oriente, y prácticamente en cada rincón del mundo, sabemos que todas las culturas que alguna vez florecieron estaban en perfecta armonía con la Naturaleza: a esa armonía nosotros le llamamos conocimiento. www.sabiduriaancestral.org

Dorian Antuna [email protected]

-Colaborador del Pacto Mundial Consciente: www.pactomundialconsciente.org

-Organizador del Primer Foro Mundial por los Derechos de la Madre Tierra: www.derechosdelamadretierra.org

-Servidor en las Naciones Unidas del Espíritu www.nacionesunidasdelespiritu.org

 

    

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