Indígenas protestan en El Rodadero por construcción de edificio en un lugar sagrado
Autoridades ancestrales del resguardo Kogui – Malayo – Arhuaco aseguran que los han amenazado con armas de fuego para retirarse del lugar donde construyen un edificio de 18 pisos a 50 metros del mar Caribe.
Una manifestación pacífica adelanta un grupo de cerca de 60 miembros de los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta en contra de la construcción de un edificio en el sector sur de El Rodadero, ubicado a 50 metros del mar Caribe y sobre la desembocadura del río Gaira.En el lugar hay maquinaria pesada que trabaja en la demolición de un cerro rocoso que será reemplazado por el edificio de carácter residencial que llevará el nombre de Magenta y está siendo comercializado en ferias inmobiliarias por la firma Araujo y Segovia.
Los mamos sostienen que la importancia de este sitio radica en que “tiene la función de mantener el balance entre el calor y el agua” y que con su destrucción “aumentará más los efectos de las temperaturas elevadas, la sequía en Santa Marta y en toda la Sierra Nevada”.
Así mismo, afirman que la obra viola las normas vigentes para la protección de los recursos nacionales que se declaran protegidas en las áreas de la línea costera hasta 30 metros tierra adentro de la marea alta y los bordes de los ríos o sus desembocaduras en el mar hasta 30-50 metros de lado y lado.

Antes de la protesta, los indígenas presentaron una queja formal ante la Inspección de Policía de El Rodadero y el Departamento Administrativo del Medio Ambiente, Dadma, entidades que inspeccionaron la obras y la sellaron debido a que la constructora no pudo presentar los permisos ambientales gestionados ante el ente rector del medio ambiente distrital, sin embargo, las obras continuaron a espaldas de las autoridades.
En la manifestación los indígenas también afirman que han sido amenazados de muerte con pistolas por personas relacionadas con ese proyecto de infraestructura residencial.
“He venido aquí muchas veces con mi papá a hacer pagamentos porque aquí es la conexión de la parte baja y la parte alta de la Sierra Nevada y un día vinimos y nos salieron con pistola diciendo que no podíamos estar aquí porque es una zona privada”, aseguró Margarita Villafañe, una de las líderes indígenas que protestan en el lugar.
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