La Universidad de Sabiduría Ancestral en Bogotá celebró  el solsticio de verano con un ritual al rededor del fuego sagrado de la Kiva, el corazón de la Madre Tierra.

Después de varias jornadas de mingas para embellecer el interior de la KIVA, culminamos el 21 de junio, el día más largo del año. Para esta fecha la tierra se prepara para presenciar uno de los espectáculos más bellos de la Naturaleza: Los agricultores del sur dan gracias por el verano, las cosechas, las frutas y por disponer de más horas para cumplir con sus tareas; también es el momento justo en el cual pueblos originarios piden por la fecundidad y la sanación de la tierra.

 

 

Las ceremonias de fuego en los solsticios de verano son muy antiguas. En un principio se creía que el sol no volvería a su esplendor  total, pues después de esta fecha, los días eran cada vez más cortos, por esta razón, fogatas y ritos de fuego de toda clase se iniciaban en la víspera del pleno verano, para simbolizar el poder del sol y ayudarle a renovar su energía. A menudo se bailaba y saltaba alrededor del fuego para purificarse y protegerse de influencias negativas y asegurar el renacimiento del sol. Este descubrimiento permitió al ser humano medir exactamente 1 año y así crear el calendario solar, predecir con exactitud las estaciones, con todo lo que eso significa para la agricultura y en general para la civilización.

 

 

El pasado domingo 24 de junio se conmemoró en en la sede de la UDSA Bakatá (Bogotá – Colombia) una ceremonia de fuego para celebrar la llegada del solsticio de verano, tuvimos la compañía de la abuela Blanca Nieves Ospina representante de la comunidad muisca de Suba,quien compartió su saber ancestral por medio de cantos, danzas y mucha alegría.

 

 

 

En la jornada se realizó una caminata por las aulas a cielo abierto de la UDSA, allí se realizo una sería de meditaciones guiadas entorno a reconocer la importancia de la palabra de los abuelos y abuelas, sabedores, guardianes de la Naturaleza.

 

 

 

Como una familia reunida en el centro del hogar, se encendió el fuego de la Kiva, los participantes entregaron sus ofrendas y compromisos a las direcciones simbolizando los pueblos de norte, sur, oriente y occidente; por medio de cantos y danzas se honró el renacer de un nuevo sol, al finalizar hubo un compartir de palabra alrededor del fuego para pedir a la Sagrada Madre abundancia y prosperidad.

 

 

 

 

La Kiva se encontraba en un proceso de restauración en el cual participaron muchos voluntarios que dieron su tiempo y servicio en las mingas de trabajo programadas, para que este espacio sagrado se encontrará listo para celebrar este hermoso encuentro.
“Yo soy tú, tú eres yo”.
“Con tu luz y mi luz vamos a hacer una luz más grande para la paz”.
Universidad De Sabiduría Ancestral Bogotá
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