Mi corazón late de manera incesante
como un puñado de tierra;
(Mi voz se encuentra cada vez más desnuda)
una tierra oscura y profunda.

Regreso.

Noche repleta de jazmines y de silencio
esta soledad me purifica;
Confieso:
dentro de mí ritos de muerte.

Me muevo en medio de este océano de noche,
una noche repleta de cantos;
Me consumo:
flores se marchitan y nacen.

Camino la tarde como quien se pierde,
pero nunca había estado más cerca de sí mismo.

Me desbordo.

La raíz de mi corazón se encuentra latiendo en esta tierra,
¿qué hacer cuando ya todo sea silencio?

Enterrado en lo profundo donde los lirios nacen.

Me encuentro viva, insepulta
dentro mío habita el paisaje.

¿Te gustó este artículo? Suscríbete y recibe más artículos como este a tu correo